Desde el día 7 de octubre el gobierno israelí ha atacado sistemáticamente a la población civil palestina. En la Franja de Gaza, una zona de apenas 365km2 de extensión donde se hacinan en condiciones de supervivencia casi 2,3 millones de seres humanos, han sido asesinadas 18.478 personas, de las cuales un 70% son mujeres, niñas y niños, permaneciendo siete mil personas desaparecidas bajo los escombros. Los bombardeos israelíes han destruido total o parcialmente 137 instalaciones sanitarias, de las cuales 22 hospitales, 234.060 edificios residenciales, 103 instalaciones de la UNRWA que servían de refugio a miles de personas, el archivo histórico de la ciudad de Gaza, 134 mezquitas y tres iglesias [3], toda infraestructura imprescindible para la vida, en parte levantada con fondos de cooperación y ayuda bilateral, atacada por la potencia ocupante que mantiene Gaza bajo asedio desde hace más de 18 años.
Entre los supervivientes del genocidio en curso, se encuentran más de 49.645 personas heridas, 1,9 millones de personas desplazadas, todas ellas con necesidades básicas urgentes tanto médicas, de intervención quirúrgica, de higiene, alimentación y refugio [4].
En Cisjordania, región sitiada con checkpoints, asentamientos y más de 800km del muro del apartheid, los ataques a la población palestina se han multiplicado por parte del ejército israelí y de los colonos. Más de 473 personas han sido asesinadas en todo el año 2023, de las cuales 275 lo han sido en los dos últimos meses [5]. El estado israelí mantiene como rehenes en sus cárceles a más de 7800 de palestinos y palestinas, 3580 de ellos encarcelados arbitrariamente tras el 7 de octubre, y de los cuales 166 son menores [6]. La ofensiva israelí se ha dirigido con especial virulencia contra los campos de refugiados de Jenin, Belén, Tulkarem, Nablus y Jerusalén, donde se multiplican las agresiones armadas, los allanamientos nocturnos y los ataques [7].
Las activistas exigen el cese de los bombardeos de inmediato. Reclaman al Ayuntamiento de Madrid la retirada inmediata de la Medalla de Honor a Israel. Al gobierno español le exigen romper relaciones con el estado genocida, poner fin a la compra y venta de armas, y que imponga sanciones por las graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, garantizando: el retorno de las personas refugiadas palestinas (incluyendo las personas en la diáspora), el fin de la ocupación y apartheid en Palestina que dura más de 75 años, así como la imputación de los responsables de genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad ante la Corte penal Internacional.
Ya el pasado 24 de noviembre, BDS y XR habían arrojado octavillas con los mensajes del ejército israelí en el centro de Madrid. Los panfletos estaban inspirados en las mismas órdenes de expulsión firmadas por el ejército israelí, que llevan semanas lanzando sobre la población gazatí. Órdenes que, a ojos de organizaciones internacionales, constituyen crímenes de guerra. |