Comunicado de la Comisión 8M Madrid del Movimiento Feminista de Madrid

Comisión de Migración y Antirracismo

«El Feminismo Será Antirracista O No Será»

Adhesión al Comunicado

 

El pasado 8 de marzo en Madrid nos movilizamos bajo el lema «Patriarcado, Genocidios, Privilegios #SeAcabó». La comisión de migración y antirracismo como parte de la Comisión 8M de Madrid, organizó un bloque doblemente no mixto con más de 400 personas racializadas y migrantes, quienes sufrimos violencias racistas durante toda la manifestación. Estas acciones vulneran nuestro derecho a la protesta social libre de violencias de género y racistas, un derecho fundamental que debe ser respetado y protegido en todo momento, especialmente por partidos políticos, colectivas y organizaciones que asisten a las manifestaciones feministas. Por lo que exigimos se condenen públicamente por parte de la sociedad y los feminismos presentes estas agresiones y manifestamos que responderemos ante cualquier tipo de violencia y nos reafirmamos en la lucha y resistencia contra el racismo, el patriarcado y los privilegios que protegen y legitiman este tipo de violencias en nuestras manifestaciones ¡SI TOCAN A UNA RESPONDEMOS TODAS!

En este contexto, es crucial destacar las diversas formas de violencia que experimentamos durante la manifestación, evidenciando la gravedad de la situación y la necesidad urgente de abordar y denunciar los siguientes hechos: 

  • Dos intentos de agresión física hacia nuestras compañeras migrantes, el primero por parte de un hombre cis blanco del bloque del PSOE en el marco del canutazo de prensa de la Ministra de Igualdad, Ana Redondo y el Ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, quienes se citaron en el mismo espacio que nuestro bloque, y donde nosotras en ejercicio de nuestro derecho de reunión de forma pacífica, recogido en el artículo 21 de la Constitución Española, cantábamos consignas feministas y antirracistas. 
  • El segundo al final de la manifestación en el momento en que las compañeras mexicanas estaban realizando un acto en memoria de las víctimas de feminicidio en América Latina. Dos hombres se acercaron y empezaron a acosar a las compañeras, intentando tocarlas. Cuando las compañeras respondieron se acercaron también compañeras del cordón del 8M; uno de los hombres intentó pegar a una de ellas, a la vez que no paraba de insultarlas.

Mientras esperábamos sobre el Paseo del Prado para entrar a la manifestación, en todo momento en coordinación con el cordón de seguridad de la Comisión 8M, algunas personas de este partido político comenzaron a cuestionar de manera agresiva nuestros cánticos y reivindicaciones políticas a tal punto que, al escuchar las consignas referentes a Marlaska, un hombre se tornó violento y comenzó a agredirnos verbalmente y con señas. Cuestionando “por qué decíamos eso sí todas habíamos entrado aquí de forma ilegal, que no teníamos papeles, que éramos ilegales, que nos fuéramos a nuestro país”. Como fuimos indiferentes a sus insultos y continuamos cantando nuestras consignas, su violencia fue en aumento gritándonos cosas como “hijas de puta, cabronas, malnacidas”, demostrando claramente que este tipo de violencias no solo estaban basadas en nuestro origen étnico racial sino también por nuestra identidad y expresión de género.

Cuando la compañera que llevaba el megáfono lo confrontó preguntándole qué hacía en una manifestación feminista con esa actitud, el hombre intentó golpearla al tiempo que gritaba: “Son unas cabronas”, “Todavía que les damos de comer”. 

De manera paralela otras compañeras también sufrían agresiones por parte de un par de mujeres del mismo grupo, quienes nos menospreciaban y buscaban silenciarnos, argumentando que no comprendemos que ellas estaban luchando en nuestro nombre. Nos instaban a callar, nos agredían con expresiones racistas, y nos limitaban en nuestro derecho a participar políticamente, utilizando frases como: “cállate la boca, estamos aquí por ustedes, para defender sus derechos, ya cállense”; “sois unas malagradecidas”; “si queda VOX, ya veréis cómo os va a ir”; “sinvergüenzas”; “qué dicen todas estas sin papeles”; “hijas de puta”; “descaradas”; “regresen a su país”.

En ese mismo espacio, antes del inicio de la manifestación, las compañeras de la diáspora china sufrieron acoso por parte de un fotógrafo, les tomaba fotos de manera muy cercana y desde diferentes ángulos sin su consentimiento. Ellas insistieron en que tenía que pedir permiso, a lo que él respondió en un primer momento justificándose con su profesión de “fotógrafo” y con la característica “pública” de la manifestación, negando la agencia de las compañeras a decidir sobre si quieren ser fotografiadas. Luego insistió en que lo estaba haciendo para visibilizarlas, -típica postura del salvador blanco-, siendo que ellas de manera explícita externalizaron que no querían esa visibilidad. Viendo que ellas se reafirmaban en tener agencia y derecho frente a ser fotografiadas, las acusó de bordes, “no me líen”, les dijo, cuando ellas de manera sosegada intentaron explicar de nuevo su negativa. No se toma en cuenta que esa supuesta “visibilidad” pone en riesgo a las feministas chinas. Nos preguntamos: ¿Incluso un grupo no-mixto en una manifestación feminista puede ser tomado tan cómodamente por el hombre blanco como su territorio, donde nos calla y nos da clases después de que hace sin nuestro consentimiento? Y ¿qué tan claro tiene que ser para que se entienda que Solo Sí es Sí? No fue la única vez que recibieron acoso, durante la manifestación hubo desde burlas del tipo: “mira unas chinas”, hasta interpelaciones a sus lemas y pancartas.

A lo largo del recorrido de Atocha a Colón, el bloque antirracista fue acosado, cuestionado y deslegitimado; las compañeras recibieron empujones intencionados, codazos, interpelaciones del tipo; “esto no es América Latina”, “¿por qué no os vais a vuestro país a protestar por esto?”. Nos vimos obligadas a formar un cordón de seguridad que intentara de alguna forma proteger el bloque, dentro del que también había infancias, y una compañera usuaria de silla de ruedas, sin embargo la exposición y el nivel de violencia recibido fue altísimo y ha acarreado altos costes emocionales a nuestras compañeras.

En la manifestación también vivimos transfobia, ya que al finalizar, durante la lectura del manifiesto del 8M, un hombre comenzó a insultar a nuestras compañeras transfemeninas, diciéndoles que «no eran mujeres, que eran unos maricones». Este hostigamiento y las agresiones verbales son una manifestación específica de la discriminación de género que buscaba  dañar, oprimir o marginar a nuestras compañeras trans racializadas. 

Todo lo anterior es un claro cuestionamiento a nuestra presencia como personas migrantes y racializadas en los espacios públicos, que surge del racismo estructural presente en todas las dimensiones de nuestra vida. Sin embargo, que se replique con tal agresividad en espacios como la manifestación del 8M se contrapone a la idea básica de que el feminismo es la casa de todas. Sabemos que hay un feminismo hegemónico, blanco, que nos ha invisibilizado a nosotras y a nuestras demandas históricamente, pero queremos recordar que el feminismo es plural y que, como dice el manifiesto de la Comisión 8M del movimiento feminista de Madrid de este año: “el feminismo se nutre de las luchas de todas las mujeres: de las mujeres cis y de las mujeres trans; transforma y emancipa desde la diversidad y las circunstancias de cada comunidad, de cada colectiva.” Es por esto que nos preguntamos: ¿por qué no podemos salir a manifestarnos con tranquilidad? ¿Por qué en un espacio de reivindicación política tenemos que estar en tensión constante y alertas a cualquier tipo de agresión? ¿Por qué una vez más es tarea de las migrantes y racializadas hacer pedagogía antirracista? ¿Por qué los hombres que asisten a la manifestación no son capaces de no reproducir las dinámicas patriarcales con las que tenemos que lidiar todos los días? ¿Por qué, tenemos que negar nuestros orígenes, para ser menos incómodas? La agresión física por parte del militante del PSOE que hemos referido aquí, es la punta del iceberg de toda la violencia racista y patriarcal que sufrimos las cuerpas migra y racializadas cotidianamente. 

DENUNCIAMOS: 

RESPONSABILIZAMOS: 

Por todo lo anterior, las feministas antirracistas reivindicamos nuestro derecho a ocupar esa manifestación, que también es nuestra

Gritamos se acabó el racismo, el patriarcado y los privilegios que legitiman todas las violencias aquí mencionadas. No toleraremos más que se ejerza violencia de ningún tipo contra las feministas antirracistas; seguiremos saliendo a las calles porque vinimos para quedarnos. 

¡El feminismo será antirracista o no será! #SeAcabó 

FIRMAN

  • Comisión 8M Madrid
  • Comisión de Migración y Antirracismo 8M dentro de la que están: 
  • Queering All
  • Argentinxs en Movimiento
  • Mariposas Monarca Migrantes
  • Aborto Antirracista
  • Trawunche Madrid
  • Red de Hondureñas Migradas