Evaluación del I Encuentro Estatal de Mujeres Pensionistas

Carmen Paredes | Comisión Mujer COESPE

La Comisión Mujer de COESPE organizó este I Encuentro con el objetivo de reunir a mujeres pensionistas de los diferentes territorios del Estado español para analizar y debatir las propuestas que surgieran referentes a la existencia de la brecha de género en pensiones. La asistencia superó las 50 mujeres previstas, y fuimos 90 las asistentes. Como objetivo: conocerse, compartir opiniones, experiencias y ante todo la participación.

Desarrollar un encuentro abierto, donde asistieran mujeres tanto de COESPE como de otras organizaciones de pensionistas y de otros movimientos. Abierto al debate que huyera de los estilos clásicos, con una breve introducción sobre cuatro temas centrales: cuidados, pensiones no contributivas, pensiones mínimas y pensiones de viudedad.

Se favoreció el debate en pequeños grupos para permitir un mayor número de intervenciones por parte de todas las asistentes. Se visualizó hacia el exterior, se hizo campaña contra la brecha de género en pensiones a través de la recogida de firmas. Nos propusimos 4.000 y conseguimos duplicarlas, que presentamos en el Congreso al mismo tiempo que nos concentrábamos el 23 de febrero, primer día del encuentro. Y también a través de las reuniones el día previo a las jornadas, con diputadas del Congreso. Hacerlo en los días previos al 8 de marzo fue un acierto, que permitió que el movimiento feminista escuchara nuestras reivindicaciones. En varios territorios, los medios de comunicación prestaron atención a la problemática que generan y provocan las pensiones precarias.

Este encuentro ha servido para abrir nuevos espacios de debate y reflexión a todas las mujeres de COESPE. Ha sido un ejemplo de cómo se puede debatir con otros modelos de participación, desde el recorrido personal como mujer, la realidad social de los lugares de procedencia, la experiencia laboral-económica y desde la educación y la cultura recibidas.

Hemos crecido con las dificultades para estudiar o trabajar fuera, precisábamos el permiso paterno, que muchas veces nos era denegado. Si bien logramos poner en el centro de nuestra vida esas aspiraciones y valores, estudios y trabajo para defendernos e independizarnos, salir de la economía sumergida. Aún seguimos con la carga educativa, es difícil llegar a las mujeres mayores que no perciben pensiones o perciben pensiones mínimas contributivas como el SOVI y desconocen cómo exigir sus derechos que las permita salir de la precariedad y la no dependencia que las obliga, muchas veces, a convivir con sus maltratadores.

El sistema capitalista y patriarcal ha utilizado nuestra fuerza de trabajo tanto en el campo, en la limpieza, en la casa, con los cuidados de nuestros hijos y mayores con dobles jornadas. En muchos casos dejamos de trabajar o lo hicimos en empleos precarios para, al final de nuestras vidas, no disponer de una pensión digna. El mayor porcentaje de pensiones no contributivas es de las mujeres.

Debatimos sobre los empleos de cuidados, ayuda a domicilio, Kellys, los llamados “trabajos feminizados”, donde la precariedad y la explotación predominan. También sobre pensiones de viudedad, donde reivindicamos el 100% de la pensión del cónyuge, que en la actualidad está en un 56 %

La pensión mínima, sea cual sea su régimen y tipo, debe igualarse al Salario Mínimo Interprofesional, y junto a él, alcanzar el 60% del Salario Medio Nacional, según recomendación de la Carta Social Europea

Hemos de seguir con este tema tan estructural, que nos afecta tanto a mujeres asalariadas como a pensionistas. Necesitamos y queremos un II Encuentro de Mujeres para su mayor profundización.

HEMEROTECA

Solidaridad en Acción

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