CSOA La Rosa
A partir del 10 de marzo, Madrid cuenta con un nuevo espacio para las vecinas y los movimientos sociales. El edificio de la calle Bastero 1 será ahora un lugar que acoja la lucha contra la gentrificación y la turistificación. El nuevo enclave y su ubicación harán de este edificio un bastión de resistencia en contra de aquellos que quieren expulsar a las vecinas de sus barrios y transformar Madrid en un territorio hecho a medida para quienes no lo habitan.
Este nuevo espacio físico está en el corazón de Madrid, un corazón que sigue latiendo aún a pesar de los múltiples intentos de apagarlo.
Un espacio que, tras años abandonado, se abre con la pretensión de convertirse en un eje social y político clave para la ciudad. Y es que el derecho a una cultura anticomercial y participativa, a la vivienda y a intervenir activamente en nuestra urbe está por encima de la especulación.
Lo que se presenta hoy es un nuevo proyecto desde lo colectivo y por lo colectivo, un proyecto de solidaridad entre vecinas que permita imaginar un futuro que no nos ahogue por políticas neoliberales. Es una iniciativa para poner en común y hacer visibles las problemáticas que de estas políticas se derivan y nos hacen sufrir y sentir que vivimos una vida arrebatada por las élites políticas y económicas. Algo de lo que no han podido despojarnos es de la rebeldía y de la lucha, de la capacidad de soñar un mañana y un presente construido desde la rabia, pero también desde la alegría.
Nuestra voluntad es que pueda llegar a ser un lugar de encuentro y referencia para los colectivos políticos de Madrid. Aún queda trabajo para devolverle la vida al edificio, pero creemos que la mejor defensa del espacio es abrirlo a la ciudad, para que las vecinas lo hagamos nuestro. Esperamos que pronto sus paredes estén llenas de vida.
En una ciudad que tala sus árboles, que destruye y mercantiliza su espacio público, en el corazón de una ciudad en la que los desahucios no cesan y los fondos buitre campan a sus anchas. Ante el odio, el fascismo y las políticas que diseñan nuestra ciudad para el turismo y expulsan a las vecinas, queremos 10, 100, 1.000 centros sociales.
Queremos un Madrid que merezca la pena ser vivido.
Queremos que el corazón de Madrid siga latiendo.
Queremos volvernos a ver.