- La vecindad, que siguen sufriendo las obras en el parque desde hace más de 2 años, se reúnen con la concejalía para valorar el estado de las obras ahora que llegan a su recta final.
- En la reunión expusieron graves errores constructivos, mala praxis en la plantación del arbolado nuevo, denunciaron trabajos por duplicado y solicitaron información del sobrecoste de esas duplicidades.
- Solicitan a los representantes municipales que se levante acta de la reunión o que sea grabada, algo que fué rechazado. Solicitaron también una última reunión tras el fin de las obras, previsto para finales de diciembre, para valorar y analizar conjuntamente los últimos trabajos. Por ahora, la respuesta es negativa.
Hacen obras en parques y jardines como si fuera obra civil, no saben tratar y trabajar en zonas verdes. En la última reunión con la concejalía, las vecinas avisaron: estarían vigilantes al trato del arbolado del parque y al cumplimiento de la ley 8/2005, muy deficiente en la Fase 1, hasta el punto de haber llevado a cabo talas sin autorización y dejar las raíces al aire durante más de 3 meses en pleno invierno. Pues bien, la primera actuación tras el cierre del parque en junio, fue la poda abusiva de los árboles de las praderas en un momento que no tocaba perjudicando notablemente su salud, así como el arranque de vegetación arbustiva consolidada. Las vecinas denunciaron a la patrulla verde pero ésta no dejó constancia de multa o amonestación cuando la actuación era sin duda en contra de la ley de protección y fomento del arbolado urbano.
No es cierto que siempre han escuchado las demandas de vecinales. Esto ha quedado patente con el maltrato al arbolado durante toda la obra, la instalación caprichosa de una fuente cara y, como no, luminosa, que entorpece el espacio y el “troceamiento” de las praderas que habían sobrevivido a la Fase I. La vecindad también solicitó en numerosas ocasiones el proyecto de la obra al no estar disponible en el portal de transparencia, finalmente tuvo acceso a él en octubre de 2024 (en la recta final de la obra). También solicitó que se informará al barrio con la duración y coste de las obras colocando la preceptiva placa informativa de obra, nunca se colocó.
La fuente ornamental, no era una demanda vecinal. Es más, en el pleno de enero de 2022 se votó a favor de sustituirla por vegetación. Lo que implicaba ahorro económico y reforzar la presencia verde en el parque. No han cumplido y lo que siempre llamaron “lámina de agua” se convirtió en un estanque en el medio del parque, que reduce el espacio para el paseo y que incorpora 8 cuerpos lumínicos que, sin duda alguna, molestarán a los vecinos durante el descanso nocturno así como a la vegetación y animales.
Las 45 plantaciones arbóreas corresponden a la primera fase y no a esta 2ª. Las vecinas reclaman que se deje de hacer propaganda, que la plantación de árboles ya ocurrió. De aquella plantación no han sobrevivido 4 y muchos de los que sí lo han hecho están en un estado muy precario ya que la plantación fue deficiente y fuera de temporada.
Del talante del concejal da una idea el que una vecina especialista en arbolado iniciara su intervención preguntando al equipo municipal “¿Qué es un árbol para ustedes?” y el concejal respondiera que “odia los plátanos porque le dan alergia”.
Hay que aclarar que la zona de ocio ya existía en el parque antes de la reforma. Así que nada nuevo bajo el sol… Había ping pong y mesas de picnic donde se podía jugar al ajedrez, merendar, jugar o charlar. Había una cancha de baloncesto en la que se podían jugar partidos y también 3×3, si querías. Ahora sólo puedes jugar a 3×3, ciao partidos; salvo que pagues y subas al polideportivo de la Cebada, público, ahora privatizado. Por cierto, la cancha ya se hizo en la primera fase y su construcción fue fallida, se encharcaba brutalmente. Gracias a la atención de la vecindad, se trasladó el problema a la concejalía que se reunió con la primera empresa adjudicataria y resolvieron re hacerla a coste cero, dicen.
Lo nuevo: calistenia (para muy profesionales, a ver quién es capaz de responder a la exigencia propuesta por el modelo escogido) y circuito biosaludable para los mayores. Eso sí, en la zona del parque más alejada del centro de mayores de la C/ Jerte, lo que llaman “Plaza soleada”, para que se achicharren bien con las altas temperaturas que cada vez nos brinda más a menudo esta ciudad.
Otra de las objeciones de las vecinas es el abuso de bancos “singulares” en lugar de bancos normalizados, de una altura ergonómicamente inadecuada para las personas mayores, con problemas de espalda y/o articulares, etc., al carecer de respaldo y tener el asiento la altura de un poyete bajo, y sin confort térmico alguno, al estar fabricados en granito, abrasador en verano y helador en invierno, a lo que hay que añadir el sobrecoste que supone que sean bancos corridos y la enorme e innecesaria compartimentación del espacio del parque que suponen.
El concejal se jacta destacando que «este proyecto se ha hecho con el objetivo de crear una nueva zona verde en el distrito y nuevos equipamientos para los vecinos, de manera que, aunque la obra es un proyecto de la junta, siempre se han escuchado las demandas de las asociaciones y vecinos». Las vecinas responden: el parque ya era una zona verde de referencia en el distrito. Una zona de encuentro y dispersión para vecinas y vecinos del entorno. Ya lo disfrutaban sin necesidad de “zonificar” o predefinir sus usos por mentes arquitectas que nunca pisaron el parque ni conocen a sus vecinos. Las personas que acudían al parque lo habitaban y se relacionaban con sus pares de forma espontánea y natural. Disfrutaban de sus praderas y sólo demandaban una actualización del mismo para mejorar el drenaje y optimizar el cuidado y mantenimiento, tanto del parque, como de las zonas verdes. Para eso, no eran necesarios los 2 millones de euros invertidos y los más de 2 años sin parque.
El equipo municipal objeta esta cifra, obtenida por las vecinas de la información pública del proyecto, y discuten entre ellos durante la reunión la diferencia entre lo que ellos defienden (menos de dos millones) y la documentación oficial del proyecto. En este sentido, a pregunta de las vecinas, refieren que levantar la pista de baloncesto por la deficiencia de la actuación previa se ha hecho a coste 0.
El encharcamiento del parque se verá agravado con la reforma, cuya principal motivación era justamente paliar ese problema. Dejando al margen el diseño del proyecto, su ejecución es un compendio de malas prácticas, destacando las zanjas para las conducciones de riego en la dirección de la máxima pendiente, que confluyen en una de las dos áreas más deprimidas del parque y que darán lugar a represamientos por la excesiva compartimentación de espacios con bordillos, bancos corridos, la bañera central en forma de “V” y el pavimento aledaño a la misma. Además, a diferencia de las zanjas drenantes instaladas en el área infantil, las excavadas para el riego no se han rellenado de gravas (envueltas en malla de geotextil para evitar su disgregación), sino con tierra suelta; la conjunción de la pendiente excesiva y del relleno con tierra no sólo va a definir líneas de flujo preferente que agravarán el encharcamiento del parque, al perder el suelo su capacidad de retardar el flujo de agua, sino también la erosión del terreno en todas aquellas zanjas para conducciones de riego excavadas en la dirección de la máxima pendiente.
El concejal y los técnicos presentes reprochan a las vecinas no haber comunicado estos detalles con anterioridad y responden que han realizado ensayos con ocasión de las lluvias. Sin embargo, las vecinas respondieron que es responsabilidad de la empresa adjudicataria, con especialistas e ingenieros cualificados, prever y evitar estas malas prácticas en la ejecución de las obras.
Estas deficiencias no son demandas vecinales, sino errores técnicos que un equipo profesional debería conocer y evitar desde el inicio. Las vecinas subrayaron que estas malas praxis perjudicarán la funcionalidad y conservación del parque a largo plazo.
Además, tanto el pasado año como el actual se han detectado encharcamientos de hasta varias semanas de duración, ni dos años es un período suficientemente representativo para optimizar la ejecución del proyecto (para eso existen las ecuaciones de flujo en zona no saturada).
A pregunta de las vecinas, el concejal informa que la fecha prevista de terminación de las obras es el 26 de diciembre de 2024, y que en enero se harán las certificaciones de recepción de la obra. Las vecinas exponen su ofrecimiento para colaborar haciendo una visita conjunta al parque antes de las certificaciones, para corregir eventuales deficiencias, y tras un titubeo inicial, el concejal se niega, aludiendo de nuevo al largo proceso de consultas ya realizado con las vecinas, pero sin justificar documentalmente en qué ha consistido, a qué compromisos se ha llegado ni quiénes han intervenido, más allá de “otros vecinos” o “la gente de la residencia”.
En general, las sugerencias técnicas de las vecinas no han obtenido más respuesta por parte del equipo municipal que apelaciones a su mayor representatividad tras los resultados electorales y referencias a consultas no documentadas del mismo con otros grupos de vecinas, a pesar de que han dispuesto de, al menos, un mes para preparar la reunión desde el envío del orden del día propuesto por las vecinas y el correspondiente aplazamiento. Por esta misma razón, es una falta de respeto aplazar una reunión a conveniencia del ayuntamiento y, desde el principio, presionar con la falta de tiempo para atender a las vecinas por un compromiso inmediatamente posterior, con sucesivas llamadas de teléfono recordando al concejal y a un técnico que se les esperaba transcurridos 50’ y haberse levantado de la mesa sin haber respondido a algunas preguntas de las vecinas. Así, ya levantados los representantes municipales de la mesa y habiéndose ausentado el concejal, se les ha solicitado que, puesto que aún se está a tiempo, se cambien los alcorques bordeados de chapa y elevados previstos para los magnolios, ya que sepultarán el cuello de estos ejemplares, causándoles aún más daño del que ya se les ha hecho, deteriorando su salud, aumentando el coste de su conservación y suponiendo un riesgo de caída, a lo que responde airadamente uno de los representantes municipales que “continuamente se caen árboles”.