¿Qué queda del 15M?

Héloïse Nez (profesora de Sociología en la Universidad de Tours, Francia)

“No nos representan”, gritaban los Indignados en 2011. Siguiendo sus pasos, los movimientos Occupy, Nuit Debout o los Chalecos Amarillos reivindicaron, a su vez, una “democracia real” frente a la crisis de los regímenes representativos. ¿Pero cuál podría ser esta nueva democracia? ¿Cuáles son exactamente las críticas dirigidas a la democracia liberal? ¿Qué alternativas se inventan y experimentan a través de estas ocupaciones prolongadas del espacio público?

El libro Democracia real. El legado del 15M (Postmetropolis/El Berretín, 2023) entra en el corazón del laboratorio político español, gracias a una investigación sociológica inédita realizada durante diez años en Madrid. Muestra que el principal efecto del 15M tiene que ver con la socialización política de los participantes, que desempeñaron un papel fundamental en las transformaciones de los movimientos sociales, los partidos políticos y el panorama institucional en España a lo largo de la década. En comparación con otras publicaciones sobre el 15M, el libro se diferencia por el análisis longitudinal que propone, al seguir las trayectorias de varias personas que participaron en el movimiento en Madrid entre 2011 y 2021, a través de observaciones directas de sus prácticas y entrevistas repetidas en el tiempo. Este enfoque microsociológico permite analizar tanto las consecuencias biográficas de la implicación en el 15M como las transformaciones de la acción colectiva, partidista e institucional. Vemos así que el 15M sigue impregnando la vida social y política de España, mientras evoluciones recientes —como el reforzamiento del nacionalismo y de la extrema derecha— van a contracorriente de sus ideales democráticos.

El principal legado del 15M es haber generado una nueva generación de activistas que, desde una multitud de microesferas militantes e instituciones (centros sociales ocupados autogestionados y redes de solidaridad en los barrios, asociaciones y colectivos, nuevos partidos políticos como Podemos, ayuntamientos, etc.), siguen haciendo vivir la reivindicación de “democracia real” mucho después de su experimento en las plazas. Al forjar el imaginario y las prácticas democráticas de los Indignados, el 15M ha influido de forma duradera en las formas de hacer política en diversos ámbitos militantes, partidarios e institucionales. Las respuestas de los Indignados a la crisis de los regímenes representativos fueron múltiples, apoyándose en distintas concepciones de la democracia (directa, participativa, deliberativa, representativa) y declinaciones prácticas (asambleas, herramientas digitales, sorteo, referéndum de iniciativa popular), que pueden articularse en combinaciones inéditas. La experiencia del 15M y la diversidad de los proyectos que siguieron a la ocupación de las plazas invitan entonces a imaginar una pluralidad de respuestas a la crisis de la democracia representativa tanto desde las instituciones como desde el espacio de los movimientos sociales, para que la delegación de poder pierda su papel dominante en el sistema político.

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Solidaridad en Acción

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