Regurlarización Ya
La lucha por una regulación extraordinaria no es algo reciente. Recoge y se nutre de las luchas de los colectivos migrantes y antirracistas que llevamos años de demandas y acciones por una vida digna y por el reconocimiento de nuestros derechos en este país. Se nutre de la lucha antirracista que en los últimos años ha sacado a miles de personas en las manifestaciones, y que ha ido tejiendo complicidades con otros movimientos como las compañeras feministas, las luchas por los servicios básicos (salud, vivienda, educación, pensiones) y las luchas sindicales entre otras. De ahí venimos.
Y en marzo 2020 llegó la pandemia global de la COVID-19. Y mientras en las casas las personas estaban confinadas, los supermercados seguían funcionado, la limpieza seguía su marcha, los repartos de comida en moto, bicicleta o patinete seguían adelante, el cuidado de las personas mayores y las infancias continuaba, la fruta se siguió recogiendo para llegar a esos supermercados. ¿Quién hacia esto posible? Pues precisamente nosotras y nosotres, esas personas que fuimos esenciales junto a muchas otras durante la pandemia. Por eso escribimos una carta al presidente del Gobierno en plena pandemia, exponiendo los 13 motivos por los que debería emprenderse una regularización permanente y sin condiciones para realmente no dejar a nadie atrás. Una carta apoyada por más de 1.500 organizaciones firmantes. Tal como no paraban de repetir en los medios de comunicación, la lección-consigna que nos estaba dejando la pandemia y que está recogida en la Agenda 2030 es que para afrontar los retos globales no podemos dejar a nadie atrás. Era evidente la solución, pero la carta no obtuvo respuesta.
En septiembre de 2020 conseguimos que se debatiera en el Congreso una proposición no de ley, una PNL para esta regularización que fue rechazada pero que contó con el apoyo de ocho partidos políticos. Se rechazó porque se dijo que la normativa europea, concretamente el pacto europeo de migración y asilo de 2008, impedía regulaciones extraordinarias. Lo cual fue desmentido por la comisaria europea de Interior Ylva Johansson, que aclaró que los estados miembros de la Unión Europea pueden llevar a cabo regularizaciones si lo permiten y está recogido en sus propias leyes de extranjería. En España esta posibilidad sí está recogida en la cínicamente llamada Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. Conocida popularmente como ley de extranjería y que por supuesto un Estado de derecho como es España debería derogar de forma inmediata. Europa nos daba la razón, pero la PNL fue rechazada.
No cejamos en el empeño y en 2021 la Iniciativa Legislativa Popular Regularización Ya se presenta a la Mesa del Congreso de los Diputados. La Mesa del Congreso admite a trámite la 3º propuesta. Y paso seguido la Junta Electoral Central emite los pliegos para recoger las firmas necesarias para que la ILP puede ser admitida. Comenzamos la recogida de firmas. ¿Y cómo afrontamos este reto? Se crea la plataforma Esenciales, en la que participan más de 900 organizaciones de la sociedad civil y más de 14.000 personas voluntarias organizadas en 18 comités territoriales que una a una, pliego a pliego, recogen las firmas necesarias en las calles, plazas, fiestas, mercados, conciertos, asambleas y encuentros de todo el Estado. En 2022 solicitamos y se nos aprueba la ampliación de 3 meses para continuar la recogida de firmas y llegar a nuestra meta. Finalmente, el 22 de diciembre entregamos a la Junta Electoral Central más de 700.000 firmas. Fue un trabajo de militancia enorme, con miles de personas implicadas. Si algo tiene esta ILP es que es uno de los procesos participativos más importantes que ha vivido este país de las personas migrantes en su historia. Pero venimos de la memoria de los encierros en las iglesias y las manifestaciones que ya en 2001 que pedían papeles para todas.
El 16 de febrero de 2023 la Junta Electoral Central acuerda trasladar al Congreso de los Diputados la certificación acreditativa de que más de 500.000 firmas válidas suscriben la ILP de acuerdo a la ley. De acuerdo a lo que en la misma Constitución Española se habilita para que el pueblo eleve a su máxima institución legislativa las iniciativas de ley que considera se necesitan.
Tras esto nos asignan una comisión que se hará cargo de escucharnos y revisar la ILP para pensar si la toma en consideración. La ILP se asigna a la Comisión de Empleo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Y el pasado 10 de mayo tres personas en representación de la Comisión Promotora toman la palabra para exponer los motivos en una ponencia crucial, cargada de razones, pero también de emociones. Estaban allí Lamine Sarr, portavoz del Movimiento Regularización Ya y del Sindicato Mantero de Barcelona; Edith Espínola, portavoz también de Regularización Ya y de SEDOAC, Servicio Doméstico Activo; y Gonzalo Fanjul, de la Fundación Por Causa y Esenciales. Tras estas tres personas, con ellas, estábamos allí todas las que pliego en mano nos recorrimos las calles de todas las ciudades y pueblos del Estado para recoger las firmas argumentando a las vecinas y los vecinos por qué es necesaria una regularización. No siempre fue fácil, los testimonios de insultos racistas, de rechazo y falacias que hemos tenido que escuchar son muchos. Pero esto no paró ni por un minuto nuestra meta. Y toda esa fuerza estaba allí con estas tres personas que ese día cargadas de dignidad, lucha y motivos hablaron delante de los componentes de la comisión. Y representaron de una forma lúcida e inspiradora lo que somos. En palabras del compañero Lamine en la comparecencia “Las personas migrantes no somos cifras somos sujetos políticos. Y no queremos volver a ser moneda de cambio en un año electoral. Queremos ser partícipes del diseño de las políticas migratorias, pero también de las políticas públicas que condicionan nuestra vida cotidiana”. No se puede decir mejor.
Al cierre de este articulo estamos a la espera de la toma en consideración de la ILP por parte del Congreso. Les pedimos valentía política a los diputados y diputadas para que no tiren abajo una de las iniciativas con más apoyo popular y formas recogidas de la historia de la democracia española.
