A.P. Carabanchel
El martirio que históricamente ha sufrido la población palestina a manos del Estado sionista tiene una larga historia de terribles sucesos que no podemos olvidar. Así, en la Nakba de 1948 se calcula que murieron 13.000 palestinos y las expulsadas por las fuerzas israelíes en este primer éxodo palestino fueron 750.000 personas. Desde el 7 de octubre, en Gaza, las cifras de los desplazados internos provocados por los ataques israelíes superan las de la Nakba del 48; el genocidio actual ya ha superado [en el momento de escribir este artículo] los 25.000 civiles asesinados, miles de heridos, junto con el hambre y enfermedades generalizadas en Gaza. Varios miles más de asesinados se contabilizan en Cisjordania en el momento de escribir este artículo.
La calculada determinación por el exterminio palestino la han expresado el ministro de Agricultura israelí: “estamos llevando la Nakba en Gaza”; y en otras declaraciones, el ministro de Defensa israelí: “estamos luchando contra animales humanos”. Estos discursos buscan rebajar las barreras morales hacia la eliminación en masa palestina en un claro paralelismo con la retórica nazi de la “solución final” para con la población judía durante la II Guerra Mundial. ¡No es una guerra, es otro genocidio más!
Vivimos otro sombrío hecho histórico para toda la humanidad, que requiere la exigencia, por un lado, de justicia y apoyo a la resistencia de las organizaciones palestinas hasta la consecución de una Palestina libre del río hasta el mar, y por otro lado desenmascarar la culpable equidistancia de quienes llaman a una paz que encubre el apoyo a los responsables del Estado sionista, a los planes geoestratégicos de poderosos Estados del planeta (EE UU, Unión Europea, OTAN, etc.) y a los intereses comerciales de multitud de empresas multinacionales.
Por eso es urgentemente necesario:
A. La ruptura española de relaciones militares, académicas, comerciales, culturales, diplomáticas, institucionales y políticas con Israel, así como la cancelación del acuerdo de asociación de la UE con Israel.
B. La adopción de sanciones económicas a las empresas españolas que comercian con Israel (CAF, COMSA, eDreams, etc.), así como el boicot a las multinacionales con capital israelí (Carrefour, Hewlett Packard, etc.) y la cancelación de los contratos de explotación de gas en las costas gazatíes de empresas italianas o británicas con Israel.
C Desenmascarar la propaganda sionista, que presenta a Israel como la única democracia en Oriente Medio, defensora de los derechos LGTB, baluarte de la civilización frente al terrorismo islámico palestino, amalgama en la que se equipara a Hamás con el ISIS. Éste es el discurso inoculador del miedo racista al extranjero como islamofobia, que desde el 11-S se difunde en Occidente desde la propaganda neoliberal mundial. Cómplice de esta intoxicación propagandística es J. L. Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, que quiso otorgar la Medalla de Honor a Israel el pasado 31 de octubre.
La solidaridad desde los barrios de Madrid: Carabanchel por Palestina (CxP)
En los últimos días de octubre, vecinas de Carabanchel constituimos CxP (Carabanchel Por Palestina) como un grupo diverso de personas que, más allá de nuestras ideas políticas y sociales, no queremos permanecer pasi-vas ante hechos que los medios de comunicación presentan como una guerra, cuando lo que está sucediendo en Gaza y en Cisjordania es claramente un asesinato colectivo, un genocidio.
Hemos pegado carteles de las convocatorias centrales en Madrid en Carabanchel, hasta ahora hemos im-preso 2.000 pegatinas, próximamente realizaremos un acto vecinal en el Parque de las Cruces. Además, hemos convocado dos concentraciones pidiendo el boicot a Carrefour ante sendos establecimientos de esta multina-cional (una en Carabanchel y otra en Aluche). Además de pancartas, hacer ondear banderas palestinas, reparti-mos cientos de panfletos.
El pueblo palestino tiene derecho a vivir en su tierra y no ser expulsado de la misma. No podemos per-manecer pasivos ante una situación así. El Gobierno español debe romper relaciones diplomáticas y suspender el comercio de armas con el Estado genocida de Israel. Hacemos, a su vez, un llamamiento a las vecinas y ve-cinos a boicotear a las empresas de capital israelí como Carrefour, que además se jacta de suministrar servicios al ejército que está masacrando a la población de Gaza. Boicot a Israel. No compres en Carrefour. No al geno-cidio.
No estamos solas en Carabanchel, ya que se han producido otras acciones solidarias como repetidas pin-tadas callejeras, un acto a mediados de octubre en el centro social EKO, o el pegatinado de productos de venta en Carrefour, etcétera.
CxP es uno de otros grupos que en los barrios de Madrid (Lavapiés, Tetuán, Móstoles, Prosperidad, etc.) estamos tejiendo solidaridad en la base, con acciones y formas organizativas similares. Un significativo ejemplo fue la intervención en Tetuán, el 28 de diciembre, frente a los grupos provida que protestaban ante la Clínica Dator, que hablan del derecho a la vida, pero se olvidan de los niños y niñas asesinadas en Gaza.
CxP es uno de otros grupos que en los barrios de Madrid (Lavapiés, Tetuán, Móstoles, Prosperidad, etc.) estamos tejiendo solidaridad en la base