María de Lagarde Sebastián
Los médicos especialistas con contratos temporales de la Comunidad de Madrid hemos decidido de forma mayoritaria ir a la huelga indefinida el 10 de mayo. Aunque lamentamos profundamente las consecuencias que sin duda tendrá en la atención de nuestros pacientes, no vemos otra forma de llevar a la Administración pública a una mesa de negociación. Meses intentando dialogar sin respuesta. Y es que la historia se repite.
Aunque no lo crean, somos un colectivo conformista, con mucha vocación de trabajar y poca de dar guerra. En el transcurso de las últimas dos décadas, miles de médicos especialistas hemos llegado a la misma situación: encadenar uno tras otro contratos temporales —contratos de guardias, contratos de días o meses, de sustitución…— y, con suerte, méritos y tiempo, una interinidad. Todos ellos, imprescindibles para mantener la estructura sanitaria que atiende al ciudadano, pero todos con fecha de caducidad.
Con el paso del tiempo y de forma natural, cada médico va sub-especializándose, ocupando un lugar concreto en un equipo, liderando líneas de investigación y docencia. A base de estudiar, atender a muchos pacientes y enriqueciéndose de conocimientos teóricos y prácticos, llega a profundizar en un procedimiento o manejo de una dolencia particular. Con los años es un experto perfectamente integrado en una unidad asistencial.
Ya nos hubiese gustado tener la oportunidad de presentarnos a una oposición para optar a una plaza sólida. Por desgracia, en estos 20 años el número de plazas convocadas en oferta pública de empleo ha sido anecdótico, muy por debajo del número de temporales activos o estructurales; y en algunas especialidades inexistente. Un desierto de OPEs. La consecuencia es evidente: más del 50% de los médicos de la Comunidad de Madrid tenemos un contrato temporal, en algunas áreas como Urgencias más del 80% (cifras orientativas, los datos oficiales no se han comunicado por la Consejería de Sanidad). Pensándolo bien, cuando vamos al médico es más probable que nos atienda uno de contrato temporal, y probablemente haya sido el mismo varias veces o incluso durante mucho tiempo.
En 2021 existe un llamamiento desde la jurisprudencia y directiva europea para poner fin al abuso de temporalidad y a la situación de fraude de ley del empleado público en España. La Ley 20/2021, aprobada el 28/12/2021, contempla medidas excepcionales para reducir de forma urgente la tasa de temporalidad a un 8%. Éstas incluyen convocar un concurso de méritos para médicos con una antigüedad mayor a cinco años, y un concurso-oposición con examen no eliminatorio para una antigüedad mayor a tres años. Para nosotros supone un avance, porque a pesar de tener que demostrar nuestras capacidades de forma competitiva creemos que es la forma que menos va afectar a la integridad de los servicios de salud.
Apenas unos días antes de publicarse esta anunciada Ley 20/2021, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid convocó la OPE con la mayor oferta de plazas en los últimos 20 años. ¿Por qué tanta prisa precisamente ahora? A pesar de parecer una buena noticia, esta OPE está planteada con un baremo tradicional: examen eliminatorio de conocimientos genéricos (no adaptados a las competencias de muchos especialistas que han evolucionado), seguido de un concurso de méritos tradicional. Mediante este modelo de selección, es muy improbable que cada médico especialista temporal pueda seguir integrado en su unidad de acogida. Ya lo hemos vivido en las escasas OPE realizadas: solo un 10-15% de los médicos ocupan su plaza asignada por concurso. Y recordemos que esto se aplicará a más de la mitad de la plantilla que trabaja actualmente.
Las consecuencias son previsibles, un efecto dominó: salida al paro sin indemnización de temporales de larga duración; interrupción del funcionamiento de equipos especializados al extirpar la mitad de sus médicos; migración de profesionales con conocimientos concretos a otros campos; pérdida de líneas de investigación y docencia… Y pacientes que perderán a su médico de referencia.
Esta OPE extraordinaria y a destiempo secuestra las miles de plazas que podrían baremarse mediante la Ley 20/2021. Y por el número convocado, difícilmente reducirá a menos del 8% la temporalidad.
Esto es lo que pedimos. Aplicar la ley vigente, que pondera los méritos generados durante los años que llevamos en fraude de ley, y proponer OPEs cada 2-3 años para evitar el caos al que nos ha llevado una gestión deficiente de los puestos de trabajo en la sanidad pública.
Es un mensaje para médicos y pacientes. Porque… ¿qué médico no ha sido paciente o familiar de enfermo? Dignidad para la profesión médica y calidad de atención para el ciudadano.
Yo, como médico integrada en la Unidad VIH del Hospital 12 de Octubre llevo 11 años tratando pacientes que viven con el VIH, ahondando en el SIDA, en los tratamientos y medidas que pueden mejorar la calidad de vida. 11 años brindando mi formación y vocación, 11 años de temporalidad.