Soledad Gato, de Yayoflautas Madrid y activista ambientala
Cuando la Comunidad de Madrid presentó el proyecto de ampliación la L11 de metro de plaza Elíptica – Conde de Casal, los vecinos estuvieron de acuerdo, ya que contaba con el informe medioambiental preceptivo. Suponía la tala de 67 árboles en total, y la tuneladora tenía la entrada por la Plaza Elíptica, la salida por Conde de Casal. La estación de Madrid Río estaba situada bajo el Pº de Yeserías.
A mediados de febrero de 2023 los vecinos de Yeserías ven una valla en los plátanos de la arboleda de Arganzuela y averiguan, por la prensa, que se ha modificado el proyecto, sin acceso a esta información ni por parte de la Comunidad ni del Ayuntamiento. La tuneladora iba a entrar por el Parque de Comillas, que iba a ser talado casi en su totalidad porque iba a servir de depósito de materiales. En un lateral del parque hay un colegio público con 500 alumnos. En Madrid Río se modificaba la situación de la estación y pasaba a estar bajo el parque y sobre los restos arqueológicos de un antiguo canal a proteger. Se trasladaba una subestación eléctrica al Parque de Palestina, talando sus árboles y bastantes más en el Pº de las Delicias y la calle Áncora para construir una rampa de salida y entrada de materiales. La tuneladora salía por el Parque Darwin, cerca de Conde de Casal. En Atocha desaparecía el Parque de Jimena Quirós con cedros centenarios dentro del Paisaje de la Luz también protegido. Lo que hace un total de más de 1.000 árboles. Todo ello sin informe medioambiental.
Los vecinos de Yeserías y Madrid Río se concentraron en la arboleda y pusieron carteles en los árboles y la valla protestando por no haber sido informados. La Asociación de Vecinos Pasillo Verde Imperial y las AMPA de los colegios del barrio se movilizaron junto a los vecinos y organizaron dos concentraciones con asistencia de más de 2.000 personas. Y establecieron un punto de información para recoger firmas, se reunieron unas 60.000. Ecologistas en Acción presentó solicitud de medidas cautelares en el juzgado, y los vecinos protestaron en el Ayuntamiento.
Se comunicó a los vecinos de Áncora, Conde de Casal y Atocha las acciones que se organizaban, y hemos seguido manifestándonos todas las semanas hasta septiembre. Se ha acudido a la Comisión Europea presentando denuncia a la que nos sumamos de forma individual por internet unas 1.200 personas, que fue admitida y convocaron a representantes a la sesión donde se estudió la petición. Han venido de la Comisión Europea al parque para informarse presencialmente. Se ha informado al Banco Europeo de Inversiones, que aportaría fondos y que pidió más documentación. Se ha pedido amparo al Defensor del Pueblo. Hemos acudido a juntas del distrito en la Casa del Reloj de Arganzuela. La empresa Acciona ha tenido a un empleado repintando la valla para tapar los dibujos de protesta de niños y adultos y quitando los carteles que se pegaban a diario todos los meses. Se ha participado en carreras de la Fiesta de la Melonera y con actividades para niños.
Se ha publicado en medios nacionales e internacionales desde el primer momento. Ha aparecido en noticias y programas de las televisiones nacionales. Se han recibido adhesiones escritas de investigadores del CSIC, de profesionales de teatro, cine y televisión y la baronesa Thyssen en un escrito. El refuerzo de asociaciones de vecinos, en especial la Asociación de Vecinos de Pasillo Verde Imperial, de AMPA de colegios de los barrios.
El Ayuntamiento paró la tala en febrero en Madrid Río, pero tras presentar la Comunidad un informe ambiental para la modificación que hizo a finales de agosto y sin esperar respuesta de la Comisión Europea ni a nuestras denuncias, el Ayuntamiento volvió a autorizar las talas y se empezó a ejecutar las obras. En esta última modificación se reducen las talas a unas 600, se sustituye la rampa de Áncora por pozos verticales salvando los árboles de la acera, se traslada la subestación eléctrica del Parque de Palestina. Y se hace una boca de acceso de viajeros en la acera de Yeserías junto al parque. Pero se han talado los plátanos de la arboleda de más de 50 años maduros y sanos a primeros de diciembre. Dos vecinos ataron una pancarta a dos árboles. Otros grupos se ataron a la base de otros árboles. Los vecinos rodeados de numerosos policías los acompañamos en las aceras. Los bajaron bomberos y policías y desataron a los compañeros de las bases. A tres se los llevaron detenidos y los pusieron en libertad por la tarde con cargos y multas que abonaremos entre todos. Las talas han seguido en Madrid Río, Parque de Comillas, Parque Darwin, en paseos y calles como Delicias, Pº de Infanta Cristina. Y anteriormente en el Parque de El Calero de Moratalaz, en el de la Cornisa y en plazas de Carabanchel.
Seguimos vigilando los vecinos los trabajos que hacen, avisando a la Policía para que compruebe autorizaciones y normas que no siempre cumplen las empresas. Y continuaremos con nuestras protestas contra excesos y trabajos defectuosos.
Este movimiento vecinal cuenta con la colaboración desinteresada de numerosos profesionales: arquitectos urbanos, ingenieros, geólogos, científicos forestales y abogados que nos han asesorado. Ecologistas en Acción ha presentado denuncias en juzgados, y Greenpeace nos ha apoyado.
Los movimientos sociales siempre están presentes y apoyan nuestras reivindicaciones indispensables para mejorar nuestra salud ambiental. A los vecinos de estos barrios nos queda la hermosa experiencia de conocernos, de estar atentos a lo que ocurre, de unirnos ante cualquier inconveniente y afrontarlo juntos, de haber potenciado la participación de forma espontánea. En las calles nos encontraremos las gentes empáticas.
Y esta lucha por los árboles y el aire que respiramos va a seguir. Porque queremos que Comunidad y Ayuntamiento no olviden que queremos un Madrid verde y habitable,