En 2023 aún no hemos conseguido verdad, justicia y reparación en las residencias de Madrid, pero hacia ello avanzamos

Verdad y Justicia

Iniciamos el año 2023 imaginando que íbamos a tener que seguir reclamando en las calles e instituciones la justicia que no llegaba, después de tres largos años, desde que a miles de personas, durante la pandemia, se les había privado del derecho a la vida, e incluso del derecho a una muerte digna. Ha acabado el año y nuestras sospechas eran reales. Y aun así, no sentimos que lo que hemos hecho haya sido inútil. En cada acción realizada, a pesar de encontrarnos en una coyuntura donde apenas hay movilización social, hemos notado que cada día más personas se ponen de nuestra parte y que, por ello, no han logrado silenciar la petición de verdad, justicia y reparación. 

Desde noviembre de 2022 a mayo de 2023 hicimos siete charlas/debate en el Ateneo de Madrid con personas que pudieran dar testimonio de lo sufrido y personas expertas en el tema. Aprovechamos para agradecer al Ateneo que nos diese esta oportunidad, y sentimos profundamente que esto haya podido influir en la decisión de Isabel Díaz Ayuso de retirar la subvención a este centro de la cultura, pero ya sabemos que la libertad de esta comunidad es extremadamente restrictiva.

Hicimos una performance en la puerta de la Asamblea donde los cuerpos sin vida se acumulaban en bolsas negras, como ocurrió en muchas residencias durante la pandemia. También organizamos una vigilia en el pebetero COVID en Cibeles.

Acompañamos y hemos participado en algunas de las acciones de Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid por la sanidad pública, e incluso nos dieron voz en las dos grandes manifestaciones que hicieron. La reclamación de una sanidad pública de calidad y universal es muy propia: los protocolos de la vergüenza precisamente impidieron hacer uso de ella a las personas que vivían en residencias. 

También hemos colaborado con otros colectivos en lucha: vecinas y vecinos de San Fernando; con los taxistas a los que el Gobierno de la Comunidad les pone las cosas cada día más difíciles; con compañeros que luchan por una ciudad donde se cuide la naturaleza; y nos hemos manifestado en solidaridad con el pueblo palestino, cuyas muertes gratuitas nos traen amargos recuerdos.

De manera especial, hemos colaborado con nuestras compañeras y compañeros de lucha @MareadeResidencias, haciendo reuniones con políticos, concentraciones a las puertas de los juzgados donde han declarado políticos responsables de residencias durante la pandemia (Alberto Reyero, Carlos Mur, Yolanda Fuentes) y familiares. También hemos participado en charlas en sitios donde nos lo han solicitado.

El trabajo más intenso y en el que tenemos grandes esperanzas ha sido la formación de la Comisión Ciudadana por la Verdad en las Residencias, especie de jurado popular, formada por siete personas de reconocido prestigio, que permitió que a lo largo de dos jornadas en septiembre pasado prestasen su declaración 30 personas directamente afectadas (residentes, familiares, trabajadoras y cargos públicos), así como personas que han estudiado a fondo el tema: periodistas, médicos, Amnistía Internacional y Médicos Sin Fronteras. Esta comisión hará público un informe con los resultados de estas comparecencias y otras investigaciones. Junto con Marea de Residencias organizamos esta comisión y de manera conjunta decidiremos qué hacer y con este informe.

A día de hoy, sabemos que estamos lejos aún de que sean reconocidos oficialmente y por la mayoría de la sociedad hechos tan trágicos. Como también parece que estamos lejos de que se haga justicia con las personas responsables de esos protocolos. Sin embargo, hay una primera batalla que con Marea de Residencias, con otros colectivos y con miles de personas, que recuerdan en cientos de ocasiones y a través de innumerables medios el fatídico número 7.291, estamos ganando frente a quienes quieren que reine el silencio. Este luctuoso asunto que no está cerrado, ni moral ni judicialmente. 

Por ello estamos decididos a seguir nuestra lucha y a seguir pidiendo colaboración. Las personas que vivimos en Madrid tenemos una deuda no solo con las víctimas y sus familiares, sino con las generaciones futuras a las que no podemos dejar una sociedad donde en los peores momentos las instituciones abandonan impunemente a las personas más necesitadas. Porque éste es un asunto del pasado que condiciona el presente y el futuro. 

Feliz año de justicia social e igualdad.

El trabajo más intenso y en el que tenemos grandes esperanzas ha sido la formación de la Comisión Ciudadana por la Verdad en las Residencias, especie de jurado popular

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