Campamento Dignidad. La historia tras un desalojo

Stop Desahucios Móstoles

Fue el 17 julio: 25 furgones se encargaron de dejar a 18 familias en la calle. Desde entonces, la pelea de Stop Desahucios Móstoles no ha cesado. Algunas semanas tras el shock, las familias decidieron unir sus escasas fuerzas y convertir sus penurias en una lucha política por el derecho a la vivienda en Móstoles. Porque lo más fácil hubiera sido autotutelar su derecho fundamental de uso sobre los cientos de viviendas vacías que hay en nuestra ciudad. Eso es lo que esperaba la policía, que estuvo persiguiendo y acosando a las familias durante semanas y luego en el Parque Cuartel Huerta, donde decidieron acampar en plena ola de calor tras una exitosa manifestación en la que recibieron el aliento y el cariño de docenas de vecinas y compañeras del Movimiento de Vivienda de Madrid y de otros colectivos.

El Ayuntamiento de Móstoles nunca lo ha puesto fácil: ni antes del desahucio ni después en estos meses de verano en que hemos carecido de todo. Nunca nos ofreció nada, ni agua, ni atención médica, ni soluciones, ni siquiera una reunión. Su única respuesta ante la acampada de varias familias sin hogar ha sido de represión y hostigamiento continuos. Detenciones, amenazas, agresiones y robos de enseres personales, además de la rotura de una de nuestras carpas, cuando es tan difícil conseguir dinero en nuestras circunstancias. La insensibilidad de este ayuntamiento, conformado por PP y Vox, llega al límite de criminalizar a las familias en el pleno del mes de septiembre, a donde acudió la asamblea de vivienda buscando alguna comunicación con nuestros gobernantes.

Seguimos esperando soluciones por parte de la Comunidad de Madrid, pero mientras llegan y se arregla lo de la documentación, ¿es que el Ayuntamiento de Móstoles y su concejala de Bienestar Social y Familia no va a hacer nada ahora que ya ha comenzado el otoño?

No queremos acordarnos de cómo se portaron con las familias los días en que hubo inundaciones en Madrid y hasta Delegación de Gobierno recomendaba no salir de casa. Para familias sin techo las inclemencias se viven muy intensamente. Dormir con humedad, arrebatarles los colchones a señoras que apenas pueden levantarse o no permitir poner sillas son crueldades del PP de Móstoles que todo el mundo debiera conocer, para que sepan en qué consisten sus políticas neoliberales donde no caben los derechos básicos.

Hoy el Campamento Dignidad resiste pese a todo. Son familias que no tienen nada.

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