Trabajadoras de hogar y cuidados: ¿hay algún límite a la indignidad?

Asistencia sanitaria, bajas por enfermedad o jubilación son aspectos donde se ha discriminado a las trabajadoras de hogar. El último episodio de esta historia es de mayo de 2023: una orden del INSS permite que se les rebaje la prestación si están de baja mientras aún no se ha hecho efectivo el derecho a la prestación de desempleo

Isabel Otxoa*. El Salto

La (des)protección social de las trabajadoras de hogar ha sido tal que, tras cada paso en la equiparación, cualquiera se pregunta cómo fue posible lo anterior. El derecho a la asistencia sanitaria se les reconoció dieciocho años más tarde que al resto de gente trabajadora; a ellas se les exigían seis meses de cotización previa cuando a los demás se les atendía desde el mismo momento de la afiliación; durante los primeros siete días de enfermedad ellas, y solo ellas, no tenían derecho a la asistencia médica del seguro.

Hasta el año 2012, las bajas de enfermedad no se les abonaban sino a partir de las cuatro semanas, y su trabajo era tratado de manera tan despectiva que hasta esa fecha no tuvieron reconocido el accidente laboral. Inexacto: se les reconoció legalmente desde el 1 de enero del año 2011, pero no se hizo efectivo hasta un año después, cuando se comenzó a cotizar por accidente. La clase médica está tardando bastantes más años en darse por enterada de que en el empleo de hogar y cuidados suceden accidentes laborales. 

Continúo. Tuvieron derecho a la pensión de jubilación veinte años más tarde que el resto de la gente trabajadora, pero a ellas se les exigía exactamente el doble de tiempo de cotización previa: 3.600 días, frente a los 1.800 exigibles a las demás.  Así podría seguir, pero para lo que aquí interesa, algo debe quedar claro: el trato desigual pocas veces se defendió en la historia como deseable, sino como algo forzado por las circunstancias. Resultaban una carga excesiva para el sistema, se les suponía tendencia al fraude, no convenía elevar su costo para las familias… Hubo muchos planes para mejorar la condición del servicio doméstico (así se nombraba), pero nunca llegaba el momento de ejecutarlos.  
  Hay más. Ninguna que se haya dedicado al empleo de hogar podrá recibir los próximos años el subsidio de mayores de 52 años, que dura hasta la edad de jubilación y además es un tiempo que se considera como cotizado. En un trabajo duro como es el de cuidado, sobre todo en las actuales condiciones pésimas de salud laboral, poder cobrar el paro sería un respiro. Pero hasta octubre de 2028 no recibirán el subsidio de mayores de 52, porque se exige haber cotizado 15 años, al menos seis de ellos también para el desempleo. Esta condición solo la podrán cumplir las que hayan cotizado sin parar hasta entonces.  

http://laboratoria.red/publicacion/biosindicalismo-desde-los-territorios-domesticos/

* Es profesora de Derecho del Trabajo en la Universidad del País Vasco.

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