Manifestaciones, recursos, ‘performances’ y asambleas para detener la construcción de dicha instalación, considerada insalubre y perniciosa
Por
ROBERTO BLANCO TOMÁS
Las últimas semanas han sido de ajetreo en la lucha contra la posible construcción del crematorio en el Tanatorio de la M40, que ha puesto de acuerdo a todo el tejido vecinal de los distritos de Villaverde y Usera en contra de lo que se entiende como una amenaza a la salud del vecindario, así como una nueva prueba de que los distritos del sur reciben todas aquellas instalaciones insalubres y perniciosas que el resto de la capital no quiere.
El pasado 17 de octubre, la cita fue a las 18:30 en el cruce de Villaverde Bajo, con la intención de marchar en manifestación hasta la Junta de Distrito, donde se celebraba el pleno ordinario de octubre, para pedir a la concejalía que “se moje” en defensa de la salud de los villaverdinos. De este modo, la protesta recorrió la calle de Santa Petronila, cruzando la avenida de Andalucía para continuar por Santiago Amón y girar hacia la calle de Alcocer, que recorrió al completo, tomando después por la avenida Real de Pinto y la calle del Arroyo Bueno y terminando su recorrido en la calle de Villalonso, frente al edificio de la Junta, donde se realizó la lectura del manifiesto.
En él, los vecinos recordaban que el Ayuntamiento de Madrid se ha saltado “su propia ordenanza para conceder una licencia a la poderosa empresa Parcesa por encima de la protección de la salud y calidad de vida del vecindario, escudándose en una sentencia del Tribunal Supremo que en ningún caso obligaba a conceder la licencia, como ha estado afirmando el alcalde, cuando lo que debería haber hecho era motivar convenientemente la denegación”. Asimismo, han reprochado al concejal no haber tenido la oportunidad de debatir la cuestión en el pleno del Distrito, por haber inadmitido éste la propuesta en la sesión anterior con la excusa de que “afecta a un ámbito superior al del Distrito”.
El manifiesto ha reflejado también el hartazgo del vecindario “de que el sur tenga que soportar siempre lo que el centro y el norte no quieren”, y solicita al Ayuntamiento “que no se conceda la licencia de actividad mientras no esté resuelto el tema legal” y “que se declare Usera y Villaverde como zona de especial protección para impedir que se construya ni un solo equipamiento nocivo más en la zona”. Asimismo, los vecinos y vecinas han reafirmado su voluntad de continuar las movilizaciones “para decir que ya está bien, que no queremos que se instale el crematorio, que queremos que se defienda la dignidad del sur y para decir bien alto que no queremos más instalaciones nocivas, contaminantes y peligrosas en nuestros barrios porque Villaverde y Usera no son vuestro vertedero”.
Asimismo, a lo largo del mes de octubre, las asociaciones vecinales de Usera han organizado performances y asambleas en las calles para informar a los y las vecinas de la situación en la que se encuentra este conflicto y las siguientes acciones que se están desarrollando, así como recogido firmas contra la licencia del crematorio.
Al centro
El 26 de octubre, las asociaciones vecinales de Villaverde y Usera subieron el nivel de las protestas y llevaron su rechazo a las calles del centro de la capital. Lo hicieron enlazando las sedes de la Comunidad (Puerta del Sol) y del Ayuntamiento de Madrid (plaza de Cibeles) con una marcha que partió de la primera a las 18:00 para llegar, tras recorrer la Gran Vía, frente a la segunda alrededor de las 20:00.
La manifestación, que reunió a unas 3.000 personas según los convocantes, discurrió encabezada por una pancarta con el lema “Por la dignidad de los barrios del sur, ¡no al crematorio!”. Este acto de protesta tuvo lugar poco después de que el Consistorio desestimara el recurso de reposición de la licencia del horno crematorio presentado por la FRAVM y diversas asociaciones vecinales de los dos distritos. De llevarse a efecto su construcción, dicha instalación “estaría a menos de 250 metros de viviendas, establecimientos comerciales, centros educativos y de trabajo y parques”, denunciaban los convocantes.
“La construcción del crematorio de la M40 en San Fermín puede ser la gota que colme el vaso de la paciencia de los vecinos y vecinas del sur de la ciudad y especialmente de los de ese barrio, que desde hace años padecen, entre otros males, los efectos de los olores, ruidos y plagas de insectos de la depuradora de la China y de los grandes eventos de la Caja Mágica, que se traducen en problemas de aparcamiento, atascos, contaminación acústica y atmosférica, además de las afecciones de otras instalaciones como el Estanque de Tormentas, la Subestación de Gas o la Plataforma Logística de Villaverde. El plan de Parcesa no solo pone en peligro la salud de la vecindad de San Fermín y El Espinillo y otros barrios próximos, sino que supone un claro ataque a las políticas de reequilibro territorial que desde hace décadas reivindica el movimiento vecinal de la ciudad”, recordaban antes de la manifestación.
La batalla del vecindario contra el crematorio de Parcesa se inició hace ya nueve años, y el movimiento vecinal ha conseguido paralizar el proyecto en tres ocasiones. “Y lo hará una cuarta vez y todas las que sean necesarias. La salud de la población y el respeto al medio ambiente están muy por encima del negocio empresarial y el lucro de unos pocos”, advierten las organizaciones y colectivos convocantes.
Las asociaciones vecinales de los dos distritos están dispuestas a llegar al final en este asunto. Ya preparan un recurso contencioso administrativo para paralizar la licencia en los tribunales y una nueva manifestación el 1 de diciembre, a las 12:30, saliendo en dos columnas desde el cruce de Villaverde y la calle Mezquita de Usera respectivamente, que se juntarán a las 13:30 en el tanatorio de la M40.