Ana Encinas. Médica de Atención Primaria
Desde el espacio Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid, los que organizamos las dos grandes manifestaciones en defensa de la sanidad pública en Madrid, hemos iniciado una campaña de reclamaciones cuyo objetivo es concienciar a la ciudadanía y que quienes aquí vivimos sepamos que son muchas las leyes que garantizan nuestro derecho a la protección de la salud: Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), nuestra Constitución de 1978 (art. 43), Ley general de Sanidad (LGS, 1986), Ley de Salud Pública (2011) y algunas leyes autonómicas como la de Ordenación Sanitaria (2001) y la del Buen Gobierno (2017). En todas ellas se habla de la necesidad de que las instituciones velen por la salud de la ciudadanía y el derecho de la misma a participar en la gestión de su salud y a denunciar sus deficiencias por las vías creadas a tal fin.
La salud está dejando de ser un derecho social para convertirse en el negocio de algunas empresas y Gobiernos, de forma globalizada. Desgraciadamente, esto sucede en todos los países y ya son pocos los que mantienen un sistema sanitario público y de calidad; el neoliberalismo voraz depreda los servicios públicos y se mofa de la justicia social.
En nuestro país, todas las comunidades sufren recortes y privatización en sus sistemas sanitarios. Me centraré en Madrid porque es la gestión que conozco y sufrimos todos los colectivos aquí unidos en su defensa; sería muy aconsejable la conexión con el resto de comunidades con el objetivo de intercambio de información y movilizaciones conjuntas.
Dada la confusión existente, es importante explicar que las competencias en materia de salud se transfirieron hace más de 20 años en Madrid, y eso quiere decir que es la Comunidad de Madrid (CM) la responsable de su gestión desde entonces. Responsable de sus presupuestos (la menor inversión por habitante, la menor inversión en Atención Primaria), de sus instalaciones (la que menos centros de salud tiene por 100.000 hab.), de sus contrataciones, con déficit de plantilla en todas las categorías (peor ratio enfermera/1.000 hab., peor ratio pediatra/1.000 hab., y la segunda peor ratio médico/1.000 hab.). También la responsable de la gestión de sus residencias (quien aún lo dude, que se pregunte por qué la CM paralizó la investigación de los protocolos de la vergüenza) y de la gestión y privatización de sus hospitales (externalizaciones, colaboración público-privada y demás eufemismos).
Respecto al Gobierno central, tiene la función de cohesionar el Sistema Nacional de Salud mediante el Consejo Interterritorial, garantizando los derechos de todos los ciudadanos. También la legislación sobre productos farmacéuticos (sería interesante reducir el amplio margen de negocio de las industrias farmacéuticas), el régimen económico de la Seguridad Social, y de él depende la legislación sanitaria.
Es imprescindible la derogación de las leyes que permiten la privatización sanitaria (15/97 y algunos artículos de la LGS de 1986), para evitar las continuas sangrías hacia empresas privadas.
Y entrando de lleno en la campaña, ¿qué motivos tenemos para reclamar?
Comenzando por los centros de salud (CS), valoremos la accesibilidad. ¿Conectas fácilmente por teléfono? Si vas presencialmente, ¿hay mucha espera hasta llegar al mostrador? ¿Tu CS es un lugar salubre, las consultas con luz natural y ventanas?
Respecto a la demora con tus profesionales, no es admisible más de 48 horas.
Si tenemos en cuenta la longitudinalidad, ¿eres atendida siempre por el mismo profesional de medicina o enfermería? No tener médica asignada conlleva ser atendido cada vez por un profesional, y hay estudios científicos que afirman su relación con un aumento de mortalidad del 25%. En Madrid hay más de 500 plazas vacantes cuyos profesionales (médico de familia o pediatra) se jubilaron o trasladaron definitivamente y no son cubiertas desde hace años. En los próximos cuatro años, el 30% de la plantilla médica se jubilará, aunque nadie parece tenerlo en cuenta.
Respecto a las urgencias extrahospitalarias, ¿hay en tu centro de referencia equipo completo? De los 77 centros (37 urbanos y 40 rurales) hay 29 que solo tienen cuidados de enfermería, nunca tienen médica y esto supone un gran peligro para la ciudadanía. De los 48 restantes, cada día falta médica en un 30% y de forma aleatoria. Además de haber dinamitado los derechos de los profesionales, con esta “ruleta rusa” lo que consiguen es que nadie se arriesgue y empujan a la población a colapsar las urgencias hospitalarias. Dada la baja frecuentación, terminarán diciendo que no tiene sentido tener estos centros abiertos.
Algo que muy poca gente sabe es que cada día salen UVI móviles sin médica, un mínimo de tres diarias. Inaceptable que una emergencia vital no cuente con médica en su atención y estabilización hasta llegar al hospital.
Y por último, los hospitales. Si sumamos la lista de espera de las revisiones de especialista más los que esperan prueba diagnóstica y aquellos pendientes de cirugía, rondamos un millón de personas. Un millón de posibles y adecuadas reclamaciones si el tiempo de revisión no se ajusta al pautado por el especialista o si la demora de la prueba y/o la cirugía supera los tres meses.
¿Cómo podemos reclamar?
La reclamación se puede hacer online (entrando en la página de la Consejería de Sanidad, reclamaciones) o bien uniéndote a nuestra recogida, para la cual tenemos cinco formatos diferentes: demora para pediatra, para médico de familia, demora hospitalaria, falta de médica en urgencia extrahospitalaria o en blanco (polivalente). La idea es reunirlas para entregarlas juntas. Contacta con tu asociación vecinal y acude a los actos en defensa de la sanidad pública de tu barrio o pueblo.
Debemos tejer una red ciudadana en unión con las profesionales, porque solo juntas podremos parar el desmoronamiento de nuestro sistema sanitario público, el de todas.
Debemos tejer una red ciudadana en unión con los profesionales. Solo juntas podremos parar el desmoronamiento
