Queremos ríos vivos, con agua para la vida

Plataforma contra la Privatización del Canal de Isabel II / Marea Azul

El pasado 27 de marzo tuvo lugar la manifestación “en defensa de nuestros ríos” frente a la Confederación Hidrográfica del Tajo, responsable de la protección y la gestión del dominio público hidráulico y de garantizar su buen estado. 24 plataformas y colectivos, que junto con la ciudadanía marchamos hacia el Manzanares para mostrar nuestro rechazo ante la situación de emergencia ambiental y sanitaria por la que atraviesan nuestros ríos y que es, además, un problema global. Compartimos la herramienta creada por Jarama Vivo, una de las organizaciones convocantes, para visibilizar el estado de los cauces: https://www.riosdemadrid.org/visor/

La Plataforma contra la Privatización del Canal de Isabel II apoya el manifiesto, porque los ecosistemas fluviales de los ríos que atraviesan nuestro territorio se están convirtiendo en lugares alterados y sin vida debido a la falta de agua y a su deficiente calidad, principalmente por cauces colmatados de residuos de todo tipo, toallitas, espumas o aguas residuales sin depurar… Y eso teniendo en cuenta que Madrid es solo el comienzo de la cuenca. No queremos que nuestros ríos se conviertan en cloacas.

Esta manera de actuar vulnera también el derecho humano al agua: la protección de las aguas superficiales y subterráneas y sus ecosistemas asociados es esencial para garantizar el cumplimiento de este derecho, es decir, para garantizar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficientes. Aprovechando el nexo, os informamos de que desde la Red de Agua Pública de Madrid estamos promoviendo una campaña para el reconocimiento efectivo del derecho humano al agua y al saneamiento en la Comunidad de Madrid, a la que os animamos a adheriros:

https://www.redaguapublicamadrid.org/una-veintena-de-organizaciones-sociales-impulsan-la-campana-agua-y-saneamiento-derechos-humanos-basicos-para-la-vida-en-la-comunidad-de-madrid/

No obstante, a pesar de las obligaciones que imponen las legislaciones europeas, estatal y autonómicas, nuestros ríos agonizan por la inacción y la dejación de funciones de las Administraciones que deberían protegerlos. Apelamos, pues, no solo a la Confederación Hidrográfica del Tajo, sino también a la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, responsable de los espacios protegidos, y al Canal de Isabel II, responsable de la depuración de aguas residuales y de los caudales que liberan los embalses.

A nivel nacional, lo confirman desde Bruselas, después de cinco años de advertencias nos vuelven a llevar ante los tribunales por el incumplimiento de la depuración de aguas residuales en otros 133 municipios. No es la primera vez que nos sentamos en el banquillo por esos mismos hechos, lo que supone un nuevo tirón de orejas a nuestro país. Esta inacción nos está costando a la ciudadanía el pago de una multa de 63 millones de euros.

Hemos de comprender el valor de los ecosistemas fluviales y las oportunidades y beneficios sociales, económicos y recreativos que podrían ofrecer a las localidades ribereñas, en lugar de seguir ocupando estos espacios con construcciones, barreras transversales y alteraciones de los cauces, y sufrir las consecuencias de dichos bloqueos cuando las lluvias aumentan y los ríos se desbordan llevándose todo a su paso.

Nuestros ríos todavía siguen sin un régimen de caudales ecológicos, a pesar de las cinco sentencias de 2019 del Tribunal Supremo que obligan a la Confederación Hidrográfica del Tajo a establecerlos en todas las masas de agua de la demarcación.

Las razones de que continúen los trasvases intercuencas son el mantenimiento de un modelo de agricultura y urbanismo insostenible, desmesurado, tóxico e insolidario, que ya está causando enormes daños ecológicos también en la cuenca receptora, como lo demuestra el colapso ambiental del Mar Menor.

En el actual contexto de cambio climático, y pensando en las generaciones actuales y en las venideras, consideramos inadmisible que continúen estas presiones sobre los ríos que nos dan la vida, porque disfrutar de ríos vivos es una necesidad para la supervivencia, además de un derecho constitucional recogido en el artículo 45 de la Constitución.

¡Por unos ríos vivos, con agua para la vida!

Nuestros ríos todavía siguen sin un régimen de caudales ecológicos, a pesar de las cinco sentencias de 2019 del Tribunal Supremo

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