Desde Madrid en Acción hablamos con Braulio del Pozo, delegado de Solidaridad Obrera y miembro del de Comité de Metro de Madrid. Trabajador en talleres en el mantenimiento de trenes con unos 38 años de servicio en la empresa pública y con Antonio Rus, delegado del mismo sindicato y oficial de comunicaciones, que además ha trabajado como maquinista, en la empresa pública desde 2002.
Por Heithor Beira para Madrid en Acción
Les planteábamos una serie de cuestiones, como la forma de trabajo durante el Estado de alarma y respondían que ambos siguen yendo físicamente a su puesto pero no de manera “normal” todos los días, sino según tareas concretas a o guardias que haya que realizar.
También indagábamos sobre la imagen estereotipada de sindicalistas vagos como se ha llegado a comentar en Redes sociales que “los sindicalistas están cobrando sin ir a trabajar” ,ante lo que responden estos trabajadores sindicados que no es que no hayan dejado de ir a trabajar, al contrario, trabajan incluso más; no sólo por su puesto sino en por las asambleas de sección, de comité, en prevención y por supuesto para atender consultas individuales de compañeros que les consultan directamente a ellos para aclarar dudas y procedimientos antes que a los mandos. Obviamente responden consultas a todo compañero y no sólo a los de su sección.
Antes de hablar de la crisis sanitaria que nos afecta a todos, y también a Metro de Madrid, queríamos comentar otra crisis que afectó específicamente a esta empresa pública, el amianto descubierto en instalaciones y vagones que ha provocado enfermedades y la muerte a varios trabajadores
Indican que no es algo nuevo, llevará al menos 30 años el amianto en las instalaciones pero ahora, desde hace poco, hay un proceso judicial para depurar responsabilidades. Solidaridad Obrera es acusación particular (junto con CCOO y el sindicato de maquinistas), aunque ante denuncias de Inspección laboral la Fiscalía actuó preceptivamente. La Instrucción comenzó el año pasado y hay unas 7 personas de Dirección imputadas. Señalan que ante tales expedientes de Inspección no se les expulsó de manera cautelar de motu proprio por la empresa, sino que fue durante el proceso judicial. Paralizado por COVID19.
Ante esto es inevitable preguntarse:
¿Qué medidas está tomando la empresa de cara a la protección de empleados y también respecto a los usuarios?
A juicio de estos representantes laborales, pocas medidas se han tomado y obligados por el proceso judicial pues el desamiantado es una labor tareas compleja y costosa. De hecho hay una comisión para seguir tal proceso, en la que se firmó que a 31/12/19 debería estar todos los trenes sin amianto, cosa que no se ha conseguido.
En definitiva, no se sabe la magnitud de cuánto amianto hay, en qué piezas, en qué trenes ,estaciones, etc.. porque requiere un trabajo especializado y costoso que Metro no asume. Consideran que Metro de Madrid debería estar inscrita en el Registro de empresas con riesgo amianto, ya que Metro niega exposición no quiere ser inscrita en tal entidad con lo que consideran los sindicalistas más preocupada a la dirección en evitar responsabilidades judiciales que la salud de trabajadores o usuarios. Es decir piensan en el corto plazo, habida cuenta de que los efectos del amianto se detectan años después pues tienen su efectos mucha latencia.
Centrándonos en la actual crisis, recuerdan estos trabajadores que el primer caso de positivo por COVID19, se detectó en la segunda semana de marzo. Fue en talleres, y el compañero afectado falleció 4 días después de causar baja en el servicio tras presentar síntomas del virus. Consideran que la empresa no prestó debida atención a tal caso en su momento pues se paralizó el servicio varios días después de detectarse. Más allá de este primer caso, habrían fallecido unas 3-4 personas pero no se sabe a ciencia cierta el número total. No obstante señalan que hay trabajadores de especial sensibilidad que están apartados por precaución, unos 1000 trabajadores y habrá unos 180 compañeros que dieron positivo y otros que se enviaron a casa por haber tenido contacto estrecho con afectados. Teniendo en cuenta que hablamos de una plantilla de unas 7000 trabajadores contratados en directo y otros tantos en varias contratas que trabajan para Metro, se podría decir que afortunadamente no hay muchos trabajadores afectados, al menos que se tenga constancia.
Más allá de su situación laboral les consultamos a estos trabajadores cómo mejorar el servicio o garantizarlo para prestar un servicio seguro durante el estado alarma, puesto que hemos comprobado que se han cerrado accesos en estaciones y además han recortado el horario, cierra antes por las noches a las 0h sale el último tren de cabecera. Además hay menor frecuencia de paso de trenes
En la respuesta diferencian dos momentos, en la actualidad, en tiempos de COVID19 , consideran han de aumentarse el número de trenes en horas punta, sobre todo. En horas valle hasta ha habido trenes vacíos y eso es algo que se puede hacer sin costes. Debería haber un horario para los trenes y que se sepa que pasan cada x minutos con lo que se evitarían esperas largas e indeseadas. Además supondría retirar de servicio a trabajadores y dejarles de exponer al virus pues, si cae mucha gente afectada habrá muchas bajas y se resentirá el servicio.
No obstante, en cuanto al número de trenes, cuyo aumento es una reivindicación de hace tiempo, recuerdan que se anunció la compra de nuevos trenes, desde 2018 pero no está la licitación todavía. Ante estas y otras reivindicaciones no dejan de encontrar excusas por parte de la Dirección ante la falta capacidad para por ejemplo controlar aforos, pues han tardado hasta en colocar pegatinas informativas de distancia física o barreras portátiles.
Y es que como recuerdan estos trabajadores, que ya lo eran de Metro por aquel entonces, los recortes han afectado a labores mantenimiento sobre todo a medio largo plazo. No se ha ido renovando material, adquiriendo trenes o piezas, a pesar de haber pasado por tiempos de bonanza económica. Tales recortes, dirigidos desde altas instancias políticas supusieron un traspaso de dinero público a la empresa privada. El mantenimiento ahora se hace con Contratas, en peores condiciones para los trabajadores y además suponen más gasto al final con lo que no hay ahorro. Se podía haber conseguido internalizando servicio.
Como ejemplo de gastos excesivos señalan el de la publicidad en un medio de transporte que no tiene competencia, pues no hay otro metro que haga el mismo servicio. Como puede darse el caso en autobuses interregionales o en aerolíneas. Con lo que los principales beneficiarios serían los adjudicatarios de la publicidad.
Para terminar, queríamos saber qué recomendaciones o propuestas tienen como representantes de los trabajadores a los responsables de metro y también a la ciudadanía en general como usuaria de este medio de transporte que es un Servicio Público esencial.
Para empezar consideran que deberían dimitir o ser despedidos los responsables del área de operaciones, cuya mala gestión se ha evidenciado más con el Coronavirus. Como Ejemplo de cómo NO se deben hacer las cosas ponen el mantener cerrados los tornos de acceso, con lo que no ha primado el servicio y seguridad al ciudadano, ya que evitando el contacto físico con las tarjetas de transporte en torno y billeterías( o insertar monedas y billetes) se evita un foco de contagio. No sólo para trabajadores, también para usuarios. Y además se perdió oportunidad única de facilitar el transporte a sectores más desfavorecidos. Primó el seguir haciendo caja.
También señalaban la importancia del uso de las mascarillas( cuando no las hay no son tan fundamentales). De hecho señalan que ante una plantilla tan numerosa no se puede garantizar su abastecimiento. Ya solicitaron a la dirección en enero mascarillas, en lugares de afluencia de turistas( como en Sol, Chamartín, Atocha, etc.) pero tal medida suponía generar alarmismo y no se adoptó.
Y en definitiva, ante la falta de anticipación de la Dirección, consideran fundamental la responsabilidad de las personas usuarias, las precauciones que podamos tomar y poner las reclamaciones que consideremos por no tener un buen servicio público, además de abogar por la solidaridad entre trabajadores y seguir reclamando mejoras en la prestación de un servicio público y esencial como es el Metro de Madrid, y solicitar a los de los balcones que bajen a la calle a reivindicar en pues es más gratificante la protesta social y colectiva, que la denuncia individual.