El 28 y 29 de abril, en Valencia, V Asamblea de COESPE

Damián Rodríguez García, portavoz de la Coordinadora de Madrid de COESPE

La lucha que estamos desarrollando ha conseguido grandes pasos, rompiendo el 0,25% que Rajoy trató de establecer congelando los aumentos, retardando un año la aprobación de la reforma de Escrivá, forzando a presentarla en dos plazos ante la dificultad de introducir la privatización de forma abierta, obligando a que se reconozca la necesidad de auditar las cuentas de la Seguridad Social, logrando una primera medida contra la brecha de género (aunque claramente insuficiente) y otros elementos que nos sirven de instrumento para seguir con nuestras acciones y reivindicaciones. Sin nuestra constancia en la lucha organizada, las cosas hubieran sido mucho peores, pero ello no debe ocultar el camino que nos queda por recorrer. Que, a diferencia de lo conseguido por la ciudadanía francesa que bloqueó la contrarreforma de Macron, finalmente se haya aprobado una ley que abre la puerta a la privatización, implanta un mecanismo similar al factor de sostenibilidad y que, robándonos el discurso sobre el IPC, introduce un falso índice de revalorización (IPC medio en sustitución al real) que ahora y aquí supone una importante pérdida del poder adquisitivo para el colectivo de pensionistas.

Afrontamos una situación muy difícil: el poder financiero ha conseguido una amplia mayoría parlamentaria que da cobertura a la contrarreforma. La compra de voluntades de los diputados de diversas fuerzas políticas debemos entenderla como producto de la corrupción y de la fuerza del poder a la sombra del sector financiero.

Pero a diferencia de Francia, el poder financiero ha logrado el apoyo de las direcciones sindicales mayoritarias, que de espaldas a sus afiliados han aceptado la lógica de la reforma y en algún caso la tratan de defender públicamente.

Además, han aprovechado para su aprobación otros factores que nos eran adversos. La pandemia, que dificulta la realización de un debate social, las reuniones en los centros de trabajo; los partidos políticos que durante un tiempo nos han ido mostrando su apoyo en la defensa de las reivindicaciones del movimiento pensionista, a la hora de la verdad han votado a favor de esta ley. El cobro de la paguilla encubrió provisionalmente el recorte que se nos impone. Finalmente, la dificultad a corto plazo de explicar la diferencia y las consecuencias de aplicar el IPC medio en lugar del IPC acumulado. Aunque esta ultima razón ha saltado por los aires por el aumento de la inflación y de la carestía de la vida con el argumento de la guerra. la inflación es un problema central cuando a consecuencia de las políticas expansionistas vuelve a desatarse y convertirse en un mecanismo de redistribución regresiva de la riqueza de primer orden. Tanto más, cuando el proceso inflacionario va a seguir expandiéndose a media que aumenta la impresión de dinero para hacer frente a los gastos militares o el rescate bancario.

Ante ello, hemos de entender que ésta es una pelea de larga duración. Tenemos a nuestro favor que pensionistas y trabajadores no tardarán en sentir en sus bolsillos el efecto de estos acuerdos nefastos y que, tras la confusión provocada por los voceros que ahora defienden torticeramente el IPC medio y la economía de guerra, van a tener que enfrentarse a la realidad de sus efectos sobre la gente. Pero mientras tanto es muy importante alcanzar la máxima unidad en la denuncia de esta trampa, construyendo una imagen de unidad del movimiento pensionista.

Precisamos desplegar pedagogía en nuestro discurso público: evitemos los insultos y descalificaciones, situando en primer lugar los argumentos hacia todos los trabajadores, sean del sindicato que sean, de la sensibilidad electoral o del territorio o sector al que pertenezcan. Los diputados y dirigentes sindicales que han entrado en este acuerdo lo han hecho de espaldas a sus bases y afiliados. En ningún congreso de esas fuerzas políticas o sindicales se aprobó el plan de Escrivá; al contrario, centenares de representantes sindicales, concejales o militantes se habían pronunciado abiertamente en contra. Es a ellos a quienes debemos explicar cómo han salido perjudicados.

En este entorno tenemos la V Asamblea de COESPE. Ésta debe servir para incorporar argumentario que recoja los problemas cotidianos de la gente. Trataremos de buscar y mejorar nuestra comunicación. Debemos tener en cuenta:

— El hecho de que para las cosas importantes el poder planta como criterio de revalorización el IPC acumulado, no el medio. Por ejemplo, la subida de alquileres, transporte, autopistas de pago, etcétera.

— Que haya precios que están aumentando muy por encima incluso del IPC acumulado (electricidad, gas, alimentación). También partidas nada sociales como el gasto militar, que aumenta este año un 25% (diez veces el IPC medio).

— Oponernos a los PPE a través de la negociación colectiva, explicando a las y los trabajadores que las organizaciones sindicales no pueden dar crédito a este modelo de privatización del sistema público de pensiones.

Por otra parte, a la vez que mantenemos nuestras formas tradicionales de movilización como los Lunes al Sol, la gran manifestación del día 16 de octubre en Madrid, la marcha a Bruselas, la primera concentración de pensionistas en Moncloa y las acciones unitarias descentralizadas que hemos celebrado, debemos buscar otras formas de llegar a la gente con acciones creativas, que permitan conectar con la ciudadanía trabajadora y estudiantil, a la vez que vamos a buscar a la gente mayor de forma más extensa y creativa.

El pacifismo hay que trabajárselo, desde las cosas más mínimas, tratando de aplicar siempre en un conflicto su resolución no violenta. Para ello hay que cambiar actitudes y mentalidades. Eso se va construyendo día a día.

Nos comentaba Almudena que lleva objetando al gasto militar desde 1983 y solo le reclamó Hacienda en dos ocasiones

HEMEROTECA

Solidaridad en Acción

spot_img

REDES MADRID EN ACCIÓN

Noticias relacionadas